Tras un largo retraso, a principios del pasado mes de mayo la sonda automática Magallaes tomó el camino de Venus.
Magellaes llegará a un planeta similar al nuestro en agosto de 1990 y durante ocho meses Venus orbitará 1.852 veces. Mediante el radar explorará el 90% de la superficie de Venus. Lleva un radar de muy alta definición (16 millas) y ofrecerá mejores imágenes que otras naves que han visitado antes Venus (de la sección Pioneer y Venera y Vega de los norteamericanos y soviéticos). Estas imágenes permitirán conocer si la superficie de Venus tiene tectónica de placas o si es sólida como la Luna.
La misión de Magelles ha tenido muchos altibajos en los últimos diez años. Cuando la sonda Pioner fue enviada a Venus en 1978, habló de la necesidad de una misión con mayor resolución. Un año después la misión estaba organizada, pero la fecha de lanzamiento se retrasó en dos ocasiones y además, al ser más importante el programa de transbordadores, se descartó una vez más por falta de dinero. Por otro lado, el accidente sufrido por Challengera en 1986 retrasó nuevamente la misión.