Los investigadores han recopilado muchos datos sobre la propagación de las ondas que provocan los terremotos en las últimas dos décadas. Las ondas se propagan más rápido o más lentamente en función de la composición de la porción de manto que crean y atraviesan el subsuelo.
Las interpretaciones de estos cambios pueden ser muy útiles para conocer la evolución del manto y el comportamiento dinámico del manto, así como para predecir las posibles respuestas de los cambios en el manto sobre la superficie terrestre. Un geólogo de la Universidad de Michigan explica los cambios de velocidad de las ondas mediante un modelo térmico, aunque también se sabe que la composición química y la estructura física de los minerales del manto influyen en las ondas.
Los modelos muestran que las transiciones de fase en el manto, llamadas así a variaciones de la estructura cristalina de los minerales como consecuencia de las altas presiones y temperaturas interiores, pueden acelerar o amortiguar bruscamente el movimiento de las placas superficiales.
Por otra parte, cuando estos cambios de velocidad se convierten en temperatura a través del modelo, se ha observado que en algunas regiones del manto existen temperaturas que pueden provocar la fusión de minerales locales. Este fenómeno, por ejemplo, se produce en la parte baja de la falla oriental de África y puede ser la fusión de minerales la causa de la actividad volcánica en esta zona.