Los investigadores han analizado a 50.000 mujeres y han comprobado que el consumo medio de acrilamida es igual entre las mujeres que desarrollan cáncer y no lo tienen.
La acrilamida se forma cuando los alimentos que contienen azúcares y aminoácidos se calientan a más de 120 grados. Fue catalogada como agente cancerígeno por las mediciones toxicológicas realizadas en los animales y causó preocupación al descubrir que en galletas, patatas fritas y otros productos se presentaba más de las cantidades recomendadas por la Organización Mundial de la Salud. En el hombre, sin embargo, su influencia no es la misma que en los animales.
Se prevé realizar más investigaciones sobre la acrilamida para comprender su posible influencia en el cerebro.