Según un estudio publicado en la revista Nature, se ha dado un paso en el camino hacia la erradicación de la obesidad. Anteriormente, en los estudios de interacción genómica general se había visto que un gen, el FTO, está relacionado con la obesidad. En estos estudios también se determinó que las variantes de una determinada zona (intrón) de la región no codificadora de este gen eran las responsables de ello, es decir, que las personas que los padecen tienen una mayor propensión a la obesidad. Ahora, un equipo internacional de investigadores ha aclarado a qué región del genoma afecta este intrón del gen FTO. De hecho, han descubierto que afecta a la expresión del gen IRX3, un gen situado a cientos de mil pares de bases del FTO.
“Nuestros datos indican claramente que el gen IRX3 controla y regula la masa y composición corporal”, afirma Marcelo Nobrega, profesor de la Universidad de Chicago y autor del estudio. Por lo tanto, “si hay relación entre el gen FTO y la obesidad es porque este gen afecta a IRX3”, ha aclarado. Esta interacción ha sido observada en humanos, ratones y peces cebra.
Para llegar a esta conclusión, se analizaron un millón de pares de bases situadas a ambos lados del gen FTO y se observó la respuesta de los promotoristas locales. Los promotoristas son zonas que activan la expresión génica y los investigadores comprobaron que el intrón del gen FTO asociado a la obesidad no tenía ninguna influencia sobre el motor del gen FTO. Sin embargo, al fijarse en el proctor del gen IRX3, demostraron que responde a este intrón, que aumenta su expresión.
Con el fin de comprobar la función del gen IRX3, se diseñaron ratones sin este gen, estudiando su metabolismo y su estructura corporal. Pues bien, observaron que los ratones son más delgados que los ratones normales, en torno al 30%, ya que acumulan menos grasa en el cuerpo. A pesar de la dieta rica en grasas, los ratones modificados no pesaban ni acumulaban más grasa. Al aplicar esta dieta a ratones normales se duplicó el peso.