Por primera vez, se encuentran diferencias en cuanto a la identidad sexual en la salud cardiovascular, observando que las mujeres bisexuales y lesbianas tienen peor salud que las mujeres heterosexuales. En el caso de los hombres, por el contrario, los gays y bisexuales tienen, de media, mejor salud cardiovascular que los heterosexuales.
Han investigado en Francia con 170.000 personas. Los partícipes definieron a sí mismos como lesbianas, gays, homosexuales o heterosexuales. Midieron ocho factores: la dieta, la actividad física, la calidad del sueño, el peso, la quema, y los niveles de azúcar, colesterol y presión arterial. Lesbianas y bisexuales se diferencian más de las mujeres heterosexuales en su dieta, presión arterial y hábitos de fumar. Los resultados han sido publicados en la revista Journal of the American Heart Association.
Los condicionantes sociales también han sido evaluados en este estudio y han llegado a la conclusión de que, al menos en parte, las condiciones de vida pueden explicar la desigualdad observada en las condiciones de salud, como la pobreza, las malas condiciones de trabajo, los retos de salud mental, la discriminación y las malas experiencias en el sistema sanitario.
Los investigadores destacaron que para mejorar la prevención y la atención a la enfermedad cardiovascular de las personas con identidades sexuales minoritarias, es imprescindible conocer y superar las barreras con las que se encuentran estas personas para recibir una buena atención sanitaria y que las lesbianas y las mujeres bisexuales deberían convertirse en grupos prioritarios.