En mamíferos terrestres, el mayor carnívoro es el oso polar. Y difícilmente saldrá más grande. Los biólogos estiman que un depredador de más de 1.100 kilos tendría grandes problemas metabólicos para sobrevivir. Parece que los datos hasta ahora confirman este cálculo, ya que el oso más grande jamás medido era de 1.002 kilos.
Los predadores más pesados deberían atropellar a animales muy grandes, pero no compensaría el gasto de esta captura. Esto no ocurre en los depredadores pequeños.
En general, los de menos de veinte kilos pueden vivir comiendo pequeños animales, pero los mayores de ese límite necesitan presas a su medida o mayores. Cuanto mayores son los depredadores, mayores son las presas que necesitan. Pero esto tiene un límite: el límite de energía. La captura debe recuperarse por encima de la energía gastada en la caza. Según los biólogos, los depredadores de más de una tonelada raramente lo consiguen.