Del collado anterior la cabeza

Cinco años después de la prohibición total del comercio de marfil. Sin embargo, los últimos datos confirman que la situación sigue siendo grave. En la mayoría de los países africanos el presupuesto de protección de los animales es cada vez menor, por lo que no podrán llevar a cabo los proyectos de ayudas que se establecieron hace cinco años.

Mientras los países africanos piden ayudas externas, en los mercados ilegales cada vez es más fácil encontrar el marfil. Asimismo, cada vez hay más compradores esperando la película.

Desde 1990, el presupuesto que los países africanos destinan a proyectos de protección de los elefantes ha llegado a la mitad. En algunos casos, sin embargo, los grupos ecologistas han denunciado que la reducción de estos presupuestos ha sido del 90%. La consecuencia directa es la extensión del tráfico ilegal de la marfil. Ante la imposibilidad de cumplir con los planes de ayuda fijados por organismos internacionales, los grupos ilegales que cazan elefantes pueden atravesar África sin encontrar ningún tipo de inconveniente. El preciado premio de estos cazadores es el marfil que sale de los colmillos de los elefantes.

Mientras los países africanos piden ayudas externas, en los mercados ilegales cada vez es más fácil encontrar el marfil. Asimismo, cada vez hay más compradores esperando la película. Los grupos naturales afirman que en los dos últimos años la población de elefantes de Gabón y Malawi ha disminuido en un 30%. Estos datos confirman que las medidas realizadas hasta el momento no han alcanzado el resultado esperado y que, por tanto, es necesario una reflexión más profunda sobre la prohibición.

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