Se puede conseguir que una bombilla incandescente de 60 vatios emita la misma luz que una bombilla de 100 vatios emitiendo los pulsos láser de un filamento femtosegundo de tungsteno. Así lo han conseguido investigadores de la Universidad Rochester del estado de Nueva York. Se explica que los rayos láser son capaces de fundir el metal con su calor, pero si la duración del pulso láser es muy pequeña, las moléculas del metal sólo se reordenan sin llegar a fundirse. Con la nueva disposición molecular, el tungsteno proporciona mucha más luz sin consumir más electricidad. De alguna manera, el tungsteno se broncea y aumenta su capacidad de recibir y emitir radiación.