Un campo importante de investigación médica es mejorar las pruebas de identificación de bacterias y virus. Para ello, una compañía de biotecnología californiana ha creado chips de silicio que analizan la sangre o la saliva e identifican rápidamente el patógeno causante de la infección. Estos chips atraen a determinadas células de la sangre, necesarias para el análisis.
Los electrodos del chip generan corriente alterna de alta frecuencia y las células de la sangre se convierten eléctricamente en positivas o negativas en función de su naturaleza. Si se toma una frecuencia adecuada, las bacterias pueden ser atraídas por la corriente y quedan aisladas para el análisis posterior. Ya se ha conseguido separar cuatro bacterias de la sangre, entre ellas Streptococcus y Staphylococcus.