Investigadores de la Universidad de Granada han descubierto la capacidad de los cristales inorgánicos para tomar curvas. Esto no es común en el mundo inorgánico. Normalmente, las formas curvadas que se observan en la naturaleza se deben a la acción de los seres vivos. Juan Manuel García-Ruiz, de la Universidad de Granada, y su equipo han observado el crecimiento de los cristales en una disolución de bario o de carbonato de estroncio en presencia de sílice.
Se ha observado la precipitación de uno u otro mineral en función del medio del pH en que este cristal crece. Los investigadores han realizado un seguimiento de estos cambios de pH y han observado diferentes curvaturas. Este proceso ha concluido que podría imitar el crecimiento de ciertos organismos primitivos.