Un crustáceo ha sido un misterio para los biólogos marinos: conocían la larva, una criatura llamada larva Y, pero no tenían ni idea de cómo era la forma madura. Para resolver el misterio, un grupo de biólogos daneses toman la larva y la crían en el laboratorio de la Universidad de Copenhague. El resultado es sorprendente: el animal resultante de la metamorfosis es una forma de vida mucho más simple que la propia larva.
El crustáceo adulto no tiene digestión ni sistema nervioso. Se trata de un sencillo vivo en forma de saco. Y lo que pasa es que es muy raro crear en la naturaleza una estructura compleja y sencilla. Los biólogos han propuesto una explicación para el caso de que la forma madura del crustáceo es parásita, quizás de los corales. Sin embargo, tendrán que demostrar si eso es cierto; la resolución del misterio crea un nuevo misterio.