La fuerza mecánica puede utilizarse para activar reacciones químicas de forma controlada. Hasta ahora las reacciones químicas se producían con el calor, la presión, la luz y la electricidad. Ahora se han utilizado ondas sonoras de alta frecuencia para iniciar reacciones químicas de forma controlada. La prueba se ha realizado por el momento en una cadena de polímeros creada expresamente para ello, pero piensan que se ha abierto un nuevo camino para desarrollar aplicaciones como plásticos que se reparan solos y nuevos materiales que avisan con cierta antelación a su rotura.