Las mutaciones se producen de forma muy regular en el ADN mitocondrial, por lo que el proceso se toma como base del reloj biológico para medir la evolución. Investigadores de la Universidad de Missouri han vuelto a medir la velocidad del reloj biológico del nematodo Caenorhabditis elegans y han visto que es cien veces más rápido de lo esperado. El resultado no puede extrapolarse directamente a seres humanos u otras especies, pero si se comprobara la medición habría que recalcular la edad de las especies. Es posible que, tal y como indican algunos estudios controvertidos, la división entre seres humanos y chimpancés y la aparición del hombre moderno se haya producido más tarde de lo esperado.