En la época griega la ciencia y la tecnología no estaban muy lejos del hombre común. Ni entonces ni después. Por supuesto, la investigación no tenía la misma importancia que en la actualidad en estas sociedades, pero no cabe duda de que influía en la sociedad en muchos niveles. Y uno de los ejemplos más llamativos es el desarrollo de la catapulta.
Hasta que inventaron la pólvora, la catapulta fue el arma más poderosa y poderosa que se podía utilizar en la guerra. La catapulta utilizada por los romanos, por ejemplo, arrojaba piedras de 27 kilos a una distancia de 150 metros, mientras que la inventada por Arquímedes tres veces más pesadas. Pero para fabricar un arma de estas características fue imprescindible la investigación científica y técnica.
De hecho, los que hacían catapultas eran expertos en física, matemáticas y ciencia de materiales, entre otros. Por ello, estos científicos fueron de gran importancia en sociedades antiguas. Ellos y su ciencia. De hecho, las catapultas estrecharon las relaciones entre ciencia y política.