No es raro; mucha gente se ha envenenado por inhalación de monóxido de carbono. En algunos casos, además, tras la desaparición del veneno, el paciente sufre daños cerebrales. Ahora se ha aclarado la influencia del gas en el cerebro.
En el cerebro, el gas modifica la proteína MBP en la mielina, es decir, en las cubiertas de los axones de las neuronas. El cambio de esta proteína activa el sistema inmunológico en el cerebro; el cuerpo es extraño y ataca a quien la encuentra.
El problema es la duración de este ataque, ya que a pesar de la desaparición de todo el NTM modificado, el sistema inmunológico no se detiene y también ataca al NTM sano. Esto puede provocar un daño crónico en el cerebro.
Por ello, los investigadores han propuesto utilizar inmunosupresores en caso de envenenamiento de monóxidos de carbono.