El 24 de julio se inauguró en la isla de La Palma el telescopio óptico Gran Telescopio Canarias (GTC), el mayor telescopio de este tipo del mundo. Espejos de 10,4 metros, formado por 36 pequeños fragmentos hexagonales, a 2.400 metros sobre el nivel del mar.
Por el momento, el telescopio cuenta con una única herramienta de observación, el espectrógrafo denominado OSIRIS, y a lo largo de este año le van a poner la cámara CanariCam para captar imágenes infrarrojas. Sin embargo, el director de GTC, Pedro Álvarez, ha manifestado su intención de instalar varios dispositivos en los próximos tres o cuatro años. Entre otras cosas, pretenden colocar un espectrógrafo de infrarrojo cercano, un espectrógrafo de alta resolución para longitudes de onda visuales y una cámara de infrarrojos próximo capaz de amortiguar las turbulencias atmosféricas.
En parte, sus herramientas determinarán la utilidad del telescopio. De hecho, según han informado en la web NatureNews, algunos astrónomos ponen en duda las peculiaridades de GTC y qué hará diferente de otros telescopios como los Keck gemelos de 10 metros.