Por motivos de seguridad, normalmente el paracaídas desde el avión alcanza una altitud mínima de 400 metros. Los soldados especialmente preparados pueden alcanzar altitudes de 250 metros y tal vez de 200 metros.
Por debajo no se puede saltar. Sin embargo, en Gran Bretaña se está probando un paracaídas que se abre a 75 metros de altitud para poder aterrizar las tropas sin que los radares enemigos detecten. Cuando se abre, el paracaídas no adopta la forma de la cúpula, sino la del flotador en anillo. Tarda cuatro segundos en hincharse, lo que hace que queden unos 30 metros para bajar.