Los científicos han llegado a la conclusión de que hace 22.000 años los hombres molían la cebada y el trigo, analizando los restos de almidón de una piedra descubierta en Israel.
Las huellas más antiguas del cultivo de cereales hasta el momento son de hace 12.000 años y fueron descubiertas en Oriente Próximo. Sin embargo, no encontraron pistas sobre cómo y cuándo se utilizaban los granos de cereales.
Esta piedra israelí, situada en la orilla del Galilea, bajo los sedimentos del Paleolítico Superior, se ve claramente molida por trigo y cebada para un mejor aprovechamiento del alimento. El cultivo de estos cereales no comenzó hasta los 10.000 años, mientras que eran capaces de sacar partido de lo que la naturaleza les daba. Según los científicos, la harina de cereales puede haber sido cocida.
Parece ser que la investigación ha servido para comprender los comportamientos y costumbres de los seres humanos de la época.