Hasta el momento, muchas de las técnicas de pesca de mamíferos marinos cubiertos por hielo eran prácticamente desconocidas, ya que faenan bajo el hielo. Las investigaciones llevadas a cabo en el Estrecho de McMurdo de la Antártida, sin embargo, aportan una nueva información sobre los hábitos de pesca de las focas. Para ello se han colocado a varias focas en la cabeza y se han conectado a baterías, grabadoras de imágenes y medidores colocados en la espalda. A través de estos artilugios los científicos han recibido información de profundidad, velocidad y orientación cada segundo.
También información sobre el uso de los granos y ruidos del entorno. Con estos datos se ha observado que las focas pescan entre 100 y 350 m de profundidad, aunque en ocasiones se han sumergido hasta 700 m. En las grabaciones de 75 horas, los investigadores han estudiado cómo siguen y capturan los peces y, entre otras curiosidades, han descubierto que los peces pequeños salen de las grietas de hielo tirando notas de aire.