Odisea del espejo gigante

En la fábrica alemana de Mainz, Schott, se ha construido un espejo gigante que pesa 45 toneladas. A pesar de los 8,6 metros de diámetro, este disco monolítico de vidrio sólo tiene un espesor de 17,7 centímetros. Han tenido que dar la vuelta a este disco para trabajar sus dos caras, una cóncava y otra convexa. Este espejo es uno de los cuatro espejos del telescopio “Veri Large Telescope” o VLT del observatorio que Europa está construyendo en el Cerro Paranal de Chile.

Uno de los cuatro espejos que albergará el telescopio VLT en el Cerro Paranal de Chile. Pesa 45 toneladas.

El espejo se ha moldeado en una sola pieza a una temperatura de 1.600 ºC, una hora después se centrifugó. El vidrio se ha enfriado durante cuatro meses bajo una campana hasta la temperatura ambiente y posteriormente se ha mecanizado. Además, se ha aplicado un tratamiento térmico durante otros ocho meses para convertirlo en cerámica de vidrio. Así, el espejo tiene una gran estabilidad. Por ejemplo, el coeficiente de dilatación térmico es cero.

Este gigantesco espejo comienza su viaje a bordo de un barco especial para descender por el río Rhin. Una vez pasado el canal de la Mancha, será llevado a la sociedad REOSC de la zona de París, donde dejarán pulidas las dos caras del espejo. Después tendrá que cruzar el Océano Atlántico hasta América y pasando por el canal de Panamá al Pacífico, llegará a la ciudad chilena de Antofagasta. A 2.664 metros de altitud les llevará en seco al Cerro Paranal.

Gracias al telescopio VTL se podrán ver desde su observatorio las galaxias más alejadas del universo, que se encuentran a diez mil millones de años luz y quizás más lejos.

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