Los astrónomos están siguiendo el cometa ISON desde que descubrieron. De hecho, las estimaciones sobre la órbita del cometa indicaron que pasaría por su perihelio el 28 de noviembre de 2013, el punto más cercano a la estrella en la órbita alrededor del Sol, y que, además, estaría muy cerca del Sol: A unos 1,8 millones de km (0,012 unidades astronómicas); por ejemplo, el cometa Halley pasó a 90 millones de km en 1986.
De hecho, ISON pertenece al conjunto de cometas a ras de sol, y el hecho de que el perihelio se encuentre a tan corta distancia del Sol aporta una gran incertidumbre al espectáculo potencial. Este tipo de cometas más pequeñas se deshacen hacia el perihelio o después, y sólo los más grandes consiguen sobrevivir a las condiciones que deben soportar en el perihelio.
Los astrónomos han calculado que el radio de ISON es de entre 500 y 2.000 metros, por lo que consideran que tiene una oportunidad para superar el perihelio y para dar el espectáculo cuando se pasa de nuevo a la niebla de Oort cerca de la Tierra. Visible por la madrugada sobre el horizonte Este.
Para el observador común el espectáculo comenzará entonces, si nunca empieza, pero para los astrónomos hace tiempo que pasó lo que le pasa al cometa, porque lo que van a aprender de las observaciones puede ser mucho, como dicen en el artículo “¿Qué le puede pasar al cometa ISON a partir de ahora?” de la web de la campaña de observación CIOC del cometa ISON. El autor del artículo, Matthew Knight, describe en el texto tres posibles escenarios: la desintegración del cometa antes de llegar al perihelio, su destrucción cercana al perihelio y su supervivencia; y explica qué es lo que cada evento permitirá aprender.
Si el cometa se destruyera, a pesar de ser “decepcionante”, los astrónomos tendrían la mejor opción de la historia para investigar la muerte de un cometa, “porque la cantidad de telescopios que está estudiando el cometa ISON desde la Tierra y desde el espacio es enorme”, afirma en su artículo. Y subraya que será la primera vez que se ha seguido una cometa en todo el camino recorrido desde la órbita de Saturno hasta el Sol.
Sin embargo, Knight quiere que el cometa salga vivo y, en concreto, que “rompa un poco el ISON, supongamos en pocas partes, que libere material suficiente para poder verlo muy brillante desde la Tierra y que, al mismo tiempo, los astrónomos tengan trozos de cometas que podrán investigar durante meses”. Así sea.