Las impresoras actuales lo hacen así, imprimiendo textos e imágenes. En blanco y negro, a color, textos, imágenes… Y cuando se acaba la tinta o el papel, avisan tanto en la pantalla de la impresora como en el ordenador. A partir de ahora las propias impresoras también nos avisarán de las averías. Eso es lo que dice al menos Xerox.
Por otro lado, hasta el momento, se analizan la existencia o no de máquinas que realizan autodiagnóstico, la existencia de algún fallo o la subsanación del fallo, etc. Es decir, analizan señales que sí o no.
Sin embargo, con las nuevas impresoras, en comparación con las nuevas situaciones de las piezas en cada momento, sería posible conocer el grado de envejecimiento de las piezas y, por tanto, el estado de la avería.
¿Cómo conseguirlo? La propia máquina medirá continuamente la vibración, el ruido y el peso de sus piezas, analizará las ondas producidas por las mismas y las comparará con las que acababa de rodar, así como con la vibración, el ruido y el peso de las piezas cuando están a punto de ser averiadas. De este modo, la máquina podrá conocer el estado de las piezas comparando los datos de partida y final con los actuales.
Algo parecido se hace ya en otras máquinas más grandes, sobre todo para separar las piezas que había que reparar y cambiar, pero poco a poco van incorporando este tipo de sistemas a máquinas cada vez más pequeñas.
Y si la impresora llamara solo a la central de técnicos, aparecerían antes de que se produzca la avería para realizar la reparación.