Se estima que la mitad de los documentos que actualmente se envían entre las empresas se transmiten por fax. En los faxes, normalmente, el documento se imprime en papel térmico, y luego a menudo se le extraen fotocopias para tener más unidades, distribuirlas y guardarlas. Sin embargo, este trabajo tiene su impedimento. Por un lado, el original recibido por fax no suele ser de buena calidad, y por otro, el papel térmico no resulta cómodo para su uso en las manos (ya que ha estado rollo). Por eso es necesario realizar fotocopias de faxes todos los días y eso tiene coste.
Kyocera, sin embargo, ha sustituido el dúo fax/fotocopiadora por un único aparato. Se le ha llamado “Kyofax” y tiene dos tecnologías. Dispone, por un lado, de un potente y autónomo módulo de captación de telecopías y, por otro, de un motor autónomo de impresión (con todas las características de las impresoras láser).
El aparato “Kyofax” puede recibir y almacenar faxes gracias a la memoria integrada, incluso si el ordenador PC ya está conectado está apagado. Saca al fax así recibido tantas copias como desee, pero también se puede utilizar como impresora clásica.