Tradicionalmente, los agricultores han cultivado diferentes plantas para diferentes fines, a veces para obtener frutos y igalias, otras para obtener materias primas para la industria. Sin embargo, la Ingeniería Genética puede ofrecer a los agricultores la posibilidad de conseguir estos dos objetivos en una misma cosecha, lo que supone un enorme incremento de beneficios.
El laboratorio Northwest National, del Departamento de Energía de los Estados Unidos, ha creado una planta de patata con una enzima de uso industrial en tallos y hojas. De esta manera, además de vender la tradicional patata normal, se puede vender la parte que hasta ahora no se utilizaba para nada, y no a precio económico. Gracias a unos genes aislados de diversas bacterias, los científicos han conseguido que en el tallo y las hojas de la planta de patata aparezca la enzima celulasa. Esta enzima se utiliza para el procesado de alimentos y la producción de etanol, que se obtiene por fermentación
aunque es posible, el nuevo método es mucho más económico. Si la producción de un primer gramo de celulasa costaba entre 50 y 250 dólares, la planta de patata sólo servirá un penny.