A la vista de cómo lo hacen los demás, los apícolas son capaces de aprender a usar nuevas herramientas. A esta conclusión han llegado investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres. A través de un experimento han demostrado, como muchos mamíferos y algunas aves, que los apícolas también son capaces de ver y aprender. Se ha dado a conocer en la revista Science.
Los Erlastes aprendieron que si llevaban una pelota colocada al borde de una plataforma al centro de la misma obtendrían un dulce premio. Para ello se les enseñó primero con las abejas de plástico, qué debían hacer para recoger el premio. Todas las abejas aprendieron qué hacer. Posteriormente se realizaron otras tres pruebas con otras abejas. En la primera veían cómo las abejas entrenadas movían la pelota. En la segunda se movieron las pelotas con imanes, con las abejas mirando. Y en el tercero, la pelota estaba en el centro desde el principio. Además, en las dos primeras pruebas se colocaron tres pelotas situadas a distintas distancias del centro, pero las abejas entrenadas (porque las otras dos estaban pegadas con cola en los entrenamientos) o los imanes movían lo estaba más lejos.
Tras las tres pruebas, vieron que las abejas del primer grupo tuvieron más éxito que las del segundo y aprendieron más rápido. Y el segundo grupo tuvo más éxito que el tercero. Es decir, ver la pelota en movimiento fue suficiente para aprender la acción, pero viendo cómo lo hacen otras abejas aprendieron más rápido. Además, han visto que las abejas observadoras iban directamente a la pelota más cercana, los investigadores han llegado a la conclusión de que no sólo copian lo visto, sino que tratan de mejorar utilizando un camino más corto.