Las clasificaciones utilizadas en las investigaciones médicas son muchas veces racistas en lugar de genéticas. Este es el caso de Alice B. Investigadores Popejoy, en la revista científica Nature. Popejoy analiza la diversidad genética y genómica en el Instituto de Salud de EE.UU. (NIH) y comprueba que todavía se utilizan términos sin base científica para describir el origen genético.
Por ejemplo, desde 2010 se han utilizado más de 5.000 investigaciones para decir Europa. Sin embargo, en Europa existen diferentes grupos étnicos, de diferentes orígenes genéticos, por lo que la palabra caucásica carece de fundamento científico. Lo mismo ocurre con las categorías hispano, afro-americano y asiático, que eliminan diversas identidades culturales y étnicas.
Sin embargo, ha considerado importante considerar el origen genético y la categoría sociocultural, ya que son fundamentales para el estudio de la concepción en los ámbitos de la justicia, la salud, la educación, etc. Popejy cree que el objetivo es dejar de mezclar ambas cosas, su origen genético y su categoría sociocultural. De lo contrario, científicos y clínicos atribuyen las desigualdades de salud a la propia biología y no a la pobreza y la desigualdad social.
Para ello, propone que en los cuestionarios se pueda explicar uno mismo el origen genético, en lugar de estar obligado a elegir entre opciones cerradas. Además, recomienda estar atentos a los vertidos racistas y utilizar datos de secuencias genéticas en lugar de categorías raciales.