El Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos (NIH) anuncia un cambio en su política de financiación de investigaciones biomédicas. El objetivo es lograr la transparencia, rigor y repetitividad en las investigaciones clínicas, así como el compromiso con la sociedad.
Para ello, las investigaciones que se financien deberán cumplir una serie de requisitos. Por ejemplo, los protocolos clínicos a utilizar deberán registrarse previamente. Por otro lado, se deberán publicar todos los resultados del estudio. Con estas dos medidas se pretende evitar la publicación selectiva de resultados para que no se oculten resultados nulos. Además, en las investigaciones que requieran la participación experimental de los seres humanos, los investigadores deberán formarse en buenas prácticas clínicas cada tres años. Entre otras cosas, para garantizar los derechos, seguridad y confidencialidad de los participantes.
Estas medidas se tomarán únicamente en los estudios definidos como “ensayos clínicos”. Aunque en general los cambios se han valorado como positivos, los científicos no están del todo de acuerdo. La propia definición del ensayo clínico es confusa. P. Francis El miembro del Pacto Europeo de Buenas Prácticas Clínicas Crawley ha afirmado que “desgraciadamente, el NIH ha atravesado dos líneas sagradas: la línea entre la investigación básica y la investigación clínica, y entre las ciencias biomédicas y las ciencias que analizan el comportamiento humano”. Este cambio de definición ha generado inquietudes a nivel internacional y ha sido reclamado por 3.580 investigadores.
Si bien este cambio de política sólo afecta a las investigaciones en Estados Unidos, es de suponer que esta tendencia se amplía a la vista de la influencia que han tenido las medidas adoptadas previamente por el NIH. Los cambios se iniciarán el 25 de enero de 2018.