El amebozo Physarum polycephalum es capaz de percibir, interpretar y adaptarse a los cambios del medio, como lo hacen todas las células. Ahora, en la Universidad Hokkaido de Japón, encuentran otra de las habilidades de este vivo: es capaz de aprender y recordar. Si se produce una alteración en los tiempos regulares, el protista es capaz de aprender ese tiempo y, a pesar de dejar de hacer alteraciones, al pasar ese tiempo de la última perturbación, se prepara para hacer frente a la supuesta perturbación.