La mayoría de las plantas terrestres actuales son las angiospermas, es decir, tienen flores, que aparecieron cuando se alejaron del gimnosperma o de sus parientes más cercanos sin flores (pino, ciprés...), hace unos 150 millones de años. Hasta ahora, sin embargo, la forma en que se dio ese paso ha sido un misterio para los científicos.
Según los biólogos de la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF) de EE.UU., el paso intermedio puede ser el Nuphar polysepalcohol-igebelar o nenufar. De hecho, una de las diferencias entre ambos grupos se encuentra en el endosperma de la semilla: las primeras tienen tres copias por cromosoma, mientras que las gimnospermas tienen una sola. Y como ahora se ha sabido, el nenúfar tiene dos copias por cromosoma. Por lo tanto, parece que ella es la llave de la evolución.