Para evitar que el hormigón quede adherido al encofrado, se utilizan aceites minerales, que en Europa se emplean unas 60.000 toneladas anuales. Pero los aceites minerales arden, producen vapores tóxicos y dejan huellas difíciles de eliminar. Por ello se ha comenzado a utilizar los ésteres de ácidos grasos procedentes de aceites vegetales, como el de colza, el de soja o el de coco.
La Unión Europea está impulsando un programa de sustitución de aceites minerales, denominado VERA: Vegetable Oil Based Release Agents). Existen cuatro centros de investigación: Alemania, Finlandia, Holanda y Portugal. Su trabajo consiste en investigar el coste del programa VERA y el tratamiento de eliminación de residuos de aceites minerales.