Mantener los residuos nucleares sin peligro durante miles de años es más difícil de lo que los expertos esperaban. A esta conclusión han llegado los físicos de la Universidad de Cambridge, analizando la influencia de la radiación en uno de los materiales utilizados para almacenar los residuos.
Se cree que los materiales cerámicos con estructura cristalina son los más adecuados para almacenar el residuo nuclear. Para evitar que la radiación se escape deberían permanecer durante un tiempo extremadamente largo: 250.000 años en el caso del plutonio-239. Sin embargo, la radiación alfa emitida por el Plutonio-239 altera la estructura del material investigado y han demostrado que se deteriora antes de lo que pensaban.