Cerca de la ciudad alemana de Ulm se han encontrado flautas de más de 30.000 años. No son los instrumentos más antiguos conocidos, pero son muy interesantes para los arqueólogos. Están fabricados con marfil de mamut, es decir, los flauteros no utilizaron huesos vacíos como materia prima. Además, el diseño de estas flautas permite crear sofisticadas melodías. En este territorio se han encontrado otras obras de arte realizadas en marfil, por lo que los arqueólogos creen que es el lugar idóneo para investigar la creación de la cultura europea.