De hecho, uno de cada 5.000 niños nace con alguna enfermedad cerebral, cardiaca o muscular grave por mutaciones transmitidas a través de la madre. En estos casos, la madre no sufre la enfermedad, pero sus hijos sí la sufren por culpa del ADN aquasado en las mitocondrias del óvulo fecundado.
Los investigadores llevan años investigando en técnicas para superar este problema y ya tienen preparados dos métodos con el mismo objetivo: sustituir el ADN de las mitocondrias de su madre por un donante.
En uno de los métodos, la sustitución se realiza en el óvulo: se toman los óvulos de la madre y del donante, se extraen los núcleos de ambos y se introduce el núcleo de la madre en el óvulo del donante (con mitocondrias sanas). A continuación fecunda con el espermatozoide del padre y se coloca en el útero.
En el otro método, el cambio se realiza en el embrión. De esta forma se fecundan los óvulos de la madre y del donante. Se elimina los núcleos de ambos y se introduce el núcleo parental en el óculo fecundado del donante sin núcleo. De esta forma se crea en el núcleo un embrión con información genética parental, con mitocondrias sanas del donante.
Dado que el embrión contiene también el ADN de un donante, se ha denominado a estos embriones “niños de los tres padres”, lo que ha generado también un debate ético. En cualquier caso, sólo el 0,1% del ADN embrionario corresponde al donante.
Además de la objeción ética generada por el ADN extraño, la cuestión de la seguridad también ha generado preocupación. Aunque los investigadores han confirmado su seguridad y el Parlamento lo ha aprobado, la última palabra la tiene la Autoridad de Fecundación Humana y Embriología (AIAF). De hecho, es la entidad que autoriza a los hospitales a aplicar la técnica, pero antes debe garantizar su seguridad.
Por lo tanto, aunque el Parlamento británico haya levantado la prohibición hasta ahora, todavía no será posible aplicar la técnica. Sin embargo, los investigadores quieren realizar su primer intento este mismo año, por lo que es posible que el año que viene nazca el primer niño con esta técnica.
Mientras tanto, en Estados Unidos, la FDA, organismo responsable de la seguridad alimentaria y de los medicamentos, está estudiando si la técnica es segura. Es muy probable que la decisión adoptada en Gran Bretaña afecte tanto a Estados Unidos como a otros muchos países.
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