Una cuarta parte de los pacientes con SIDA llevan en su sangre virus que sufren los medicamentos más importantes del mercado. Los investigadores han creado un medicamento más eficaz, el T-20, que ahora puede servir para estos pacientes, y que promueve la acción de todos estos medicamentos.
Los medicamentos clásicos atacan la enzima reproductiva del virus, mientras que el T-20 imita una determinada molécula proteica, evitando que los virus contaminen las células. Los virus no pueden llegar a las células porque quedan atrapados con la molécula proteica. En las pruebas realizadas hasta la fecha, los científicos han conseguido reducir el número de virus de los pacientes y creen que dentro de dos años serán capaces de comercializar el medicamento.
El único inconveniente es que el T-20 sea proteína y que tenga que inyectarse dos veces al día directamente a la sangre.