Gracias a los últimos avances en microelectrónica, la Universidad de Oxford ha conseguido desarrollar pequeñas cámaras que se pueden instalar en animales para poder analizar la actividad y comportamiento propio de las aves silvestres.
El primer ensayo se ha realizado con una serie de beles (corvus moneduloides) de Nueva Caledonia. Dieciocho veleros han puesto una cámara y han conseguido grabar 451 minutos. Estas aves se ponen muy nerviosas ante los seres humanos, por lo que es imposible analizar su comportamiento natural. Además, viven en zonas montañosas y cerradas, donde la visibilidad es muy limitada y donde es casi imposible seguir a los individuos.
Las cámaras sólo pesan 14,5 gramos y no molestan demasiado a las aves. Las cámaras graban la cabeza entre las patas del animal (en la imagen aparece en rojo la cámara y en azul la zona que graba la cámara).