La última epidemia de gripe aviar fue identificada en 2021 y desde entonces millones de aves silvestres y miles de mamíferos han sido asesinados por esta variante mundial del virus H5N1. En diciembre de 2023, el departamento canadiense de conservación del medio ambiente aseguró que el virus también causó la muerte de un oso polar.
El oso fue encontrado cerca de Utqiagvik, en una de las comunidades más septentrionales, dos años después de la identificación de esta variante de virus en Norteamérica. Se cree que el oso se contagió comiendo cadáveres de aves muertas, y lo que podría ser que muriera más, aunque no se encontraron.
La noticia despierta una especial preocupación porque los osos polares son especies amenazadas, sobre todo por las consecuencias del calentamiento global. Pero las otras especies polares también son muy vulnerables, ya que los virus de la gripe normalmente no han llegado a esos territorios, por lo que no tienen protección. Así, los científicos alertan sobre la gravedad de la situación.