Los gusanos, las esponjas, los caracoles, las moscas y los hombres tienen el gen que manda crecer y para todos es el mismo. El gen es muy pequeño, sólo tiene 21 nucleótidos, pero desempeña un papel importante cuando dichos organismos se encuentran en las primeras fases de desarrollo. El gen Let-7 se ha encontrado en seres muy primitivos y se cree que ha tenido gran importancia en la evolución biológica.
El descubrimiento, además de ser un valor científico, tiene un gran valor práctico, ya que la presencia del gen en los organismos inferiores permite aprender cómo se activa y desactiva. El gen Let-7 puede servir para resolver las alteraciones que se producen en el crecimiento y desarrollo humano.