Según los nuevos estudios, la vacuna contra el Alzheimer antes descartado puede ser útil. Eso sí, en primer lugar habrá que hacer algunos cambios en la vacuna para evitar los efectos secundarios que produce.
Las expectativas iniciales de la vacuna se frustraron en enero de 2002. De hecho, en algunos pacientes que participan en la sesión clínica apareció una inflamación cerebral. En consecuencia, se suspendieron las pruebas de la vacuna.
Recientemente la Universidad Suiza de Zurich ha facilitado los datos de algunos de los participantes en estas pruebas. Parece que la situación de dos de cada tres no ha empeorado lo esperado, y algunos tienen ahora mejor memoria que antes de comenzar las pruebas. Los investigadores no han analizado a todos los participantes, por lo que todavía no se sabe hasta qué punto la vacuna beneficia. Pero al menos parece que se ha abierto un hueco para la esperanza.
Ahora tienen que adivinar cómo quitar el componente inflamatorio de la vacuna, sin afectar a la parte que produce anticuerpos que impiden la formación de placas características de la enfermedad.