Más luz que diez Sol

Durante diecinueve años los satélites militares estadounidenses vigilan la Tierra y han detectado fuertes explosiones en las capas altas de la atmósfera. Han sido originadas por la desintegración de estrellas fugaces a la atmósfera. Pero este año, por su potencia y luminosidad, han visto uno que ha superado con facilidad a todos los anteriores.

El meteorito cayó en el Pacífico el 1 de febrero a unos miles de kilómetros al oeste de Malasia. La luminosidad emitida al desintegrarse era mayor que la del Sol y los pescadores de la isla de Kusaie la vieron a 300 km. La bola se metió en el fuego en dirección suroeste a la atmósfera en dirección noreste y a 20 kilómetros de altitud provocó una gran explosión.

El meteorito tenía una potencia de 11 kilotones, equivalente a la bomba atómica de Hiroshima. Considerando que se trataba de un meteorito de roca, se ha estimado una masa de 400 toneladas de diámetro de 7 metros y una caída de 15 km/s. Pero estos valores están basados en un 30% de rendimiento lumínico, y según los expertos de la NASA, en este caso el rendimiento era sólo del 3%. La energía cinética liberada en el choque sería, por tanto, de 110 kilotoicos, y la masa del meteorito de 3.000 toneladas (15 metros de diámetro).

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