No negaremos que la Tierra sea redonda, pero al menos no será una esfera totalmente uniforme. Fluctuantes en la densidad de la masa y en la distancia al centro aparecen en la superficie terrestre, lo que provoca cambios en la gravedad.
Pero, además de estas circunstancias, otros procesos lentos que se producen en la Tierra, como el deshielo de los polos, provocan pequeños cambios de gravedad a lo largo del tiempo. Por lo tanto, la misión Grace se ha puesto en marcha para medir todos estos cambios.
Este satélite puede medir variaciones muy pequeñas de gravedad, siendo 100 veces más precisos que los datos obtenidos hasta la fecha. Las diferencias de gravedad se miden en función de su influencia en el movimiento orbital de los satélites y realizan un seguimiento exhaustivo de los cambios que se producen en esta misión en la distancia entre varios satélites Grace.
Aunque todavía no somos conscientes de todos los usos que puede tener esta técnica, se podrá analizar, entre otras cosas, cómo se modifica la estructura de la Tierra, los océanos y el clima.