Investigadores del Instituto Salk han creado por primera vez brotes de cerdo humano. Los investigadores han reconocido que les ha resultado difícil el crecimiento de embriones que mezclan células humanas y porcinas, pero lo han conseguido. Las células humanas madre han sido introducidas y criados en embriones de cerdos, blastocistos. Los resultados han sido publicados en la revista Cell.
Juan Carlos, jefe de investigación, ha afirmado que los científicos llevan décadas buscando tejidos y órganos en el laboratorio a partir de células madre, pero los resultados no son buenos, están haciendo algo mal. Por eso deciden tomar otra vía: “Pensamos en el crecimiento de las células humanas como un animal mucho más productivo”.
De momento, se han conseguido las quimeras embrionarias humanas. Es decir, las células humanas han sobrevivido a los embriones de los cerdos. Estos embriones se han establecido en cerdas y han permitido su desarrollo durante tres o cuatro semanas. “Ese es el tiempo suficiente para ver cómo se mezclan las células humanas y las de los cerdos, sin crear las preocupaciones éticas que puedan causar los animales adultos quiméricos” –dice Izpisua–. Y aclara que no han dado ni un minuto para crear el cerebro. En este período de tres o cuatro semanas no se han producido avances en las células humanas cerebrales. Se estaban formando pioneros de células musculares y de otros órganos. “El objetivo era analizar la viabilidad de las células humanas en los cerdos. Ahora sabemos que sí". De esta forma, los investigadores querrían orientar las células humanas hacia la creación de órganos en los cerdos, pero han encontrado límites éticos y legales.
Previamente, los integrantes del grupo Izpisua crearon la quimera de ratonero, introduciendo las células madre de las ratas en los embriones de los ratones. Para que los ratones crearan órganos de ratas, se utilizó la técnica de edición del CRISPR, consistente en silenciar genes clave para crear un determinado órgano en los embroes de los ratones, como son los ataques cardíacos, pancreáticos y oculares. Después, como las células de las ratas inyectadas en el ratón tenían una copia funcional del gen silenciado, los científicos esperaban que las células de las ratas ocuparan ese lugar. Como es de esperar, estos órganos concretos de ratón se desarrollaron a partir de las células de las ratas. Una vez más, han utilizado la misma técnica para la elaboración de brotes de cerdos humanos.
La dificultad ha sido mayor, porque los cerdos están cinco veces más alejados evolutivamente de los seres humanos que de las ratas. Además, el estómago de los cerdos es tres veces más corto que el nuestro. “Sería como meter células humanas en una autopista que va demasiado rápido” –dice Izpisua–. Así, los investigadores han tenido que introducir células humanas que se unen a la fase de desarrollo de los cerdos.
No obstante, en estos momentos están prohibidas las investigaciones de creación de quimeras en Estados Unidos y Europa. En caso de prosperar, deberá ser en otro lugar.