Alemania y Austria se enfrentan a una curiosa guerra. El problema es la propiedad de los órganos de los turistas alemanes muertos en Austria.
Los órganos de los turistas alemanes que mueren en Austria son erradicados sistemáticamente por los austriacos y esta conducta no se ajusta a lo establecido en la ley alemana. Según la ley alemana, para privar a una persona de algún órgano, ésta debe declarar expresamente que está viva su voluntad de donación. Por el contrario, según la ley austriaca, si el difunto no ha manifestado expresamente su negativa a donar los órganos, se considera que es un donante de órganos.
El problema puede agravarse si en los próximos años no se decide el debate legal. Y es que el número de alemanes que van a Austria es enorme, sobre todo los que van a esquiar y a pasear por la montaña.
La mayoría de los Estados europeos tienen en esta materia una ley similar a la de Austria, es decir, al fallecido se le quitan los órganos si éste no lleva un certificado de voluntad contraria. Por otra parte, la ley austríaca y alemana se aplica tanto a nacionales como extranjeros. Por tanto, no hay discriminación por razón de ciudadanía.