Las piedras renales pueden ser tratadas en la actualidad de dos formas. El primero y más antiguo es el corte del enfermo. El segundo más reciente utiliza ondas de choque. Este tratamiento se realiza mediante un instrumento llamado litotriptore.
El tratamiento de las ondas de choque no es satisfactorio, pero sí más sostenible que la operación. El triptador de litos, sin embargo, tiene limitaciones: si la piedra es demasiado pequeña, o si es poco dura o tiene otros componentes fuera del calcio, no tiene eficacia.
En la Massachusetts General Hospital, situada en Boston (EEUU), se está estudiando una nueva vía de eliminación de piedras renales mediante láser.
Se utilizan distintos tipos de láseres en función de la estructura de la piedra. El láser se lleva hasta la zona de la piedra mediante una fibra óptica. La fibra va en un tubo flexible. El ureteroscopio es como el endoscopio empleado en el estómago. Se utilizarán tres fibras: una para la observación de la piedra, otra como fuente de luz y otra para el transporte del láser. Una vez pasado el tubo, la uretra, la vesícula y el esfínter ureteral, entra por el uréter y está listo para trabajar.
Mediante el láser las piedras se hacen muy pequeñas y pueden ser expulsadas por el paciente.