George ‘solitario’, la última subespecie de la isla de Pinta en Galápagos, murió el pasado domingo. No hay más Chelonoidis nigra abingdoni. No saben exactamente la edad de George, pero calculan que tenía más de 100 años. Fue descubierto en 1972, cuando se pensaba que para entonces no quedaba tortuga en la isla de Pinta. No se han encontrado ejemplares más y todos los esfuerzos para reproducirse con hembras de otras subespecies han sido inútiles. George no ha dejado descendencia. Pero sí patrimonio: ha sido un símbolo, un símbolo de la evolución, un símbolo de la conservación de las especies, y gracias a ello las tortugas del resto de las islas de Galápagos probablemente tendrán un futuro mejor.