Los palos de los ojos de los mamíferos nocturnos tienen el ADN organizado de una manera especial, lo que les facilita su observación nocturna. A esta conclusión han llegado algunos biólogos nucleares de la Universidad Ludwig-Maximilians de Munich, analizando las retinas de 40 mamíferos.
En concreto, se ha comprobado que la cromatina --estructura especial del ADN para su organización en cromosomas con determinadas proteínas - se distribuye de forma diferente en los palos de los ojos y en el resto de las células. Normalmente la heterocromatina, parte de ADN empaquetado sin actividad, se sitúa en el borde del núcleo y la eucromatina, menos empaquetada y activa, en el interior del núcleo. En los palos de mamíferos nocturnos, la heterocromatina penetra en el núcleo y la transcripción del ADN se produce principalmente en el borde del núcleo.
Los investigadores han comprobado que cuando la heterocromatina se encuentra dentro del núcleo, las células dispersan mucho menos luz. De alguna manera estas células actúan como lentes convergentes y enfocan la luz. Gracias a ello, los animales nocturnos sacan más partido a los pocos fotones que llegan a los ojos.