En una imagen cerebral por resonancia magnética, un estímulo visual y la espera de su aparición dan los mismos resultados, según ha demostrado un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia. Durante la investigación llevada a cabo con los monos, al ver un punto en una pantalla se detectó un aumento de la sangre en la corteza visual. Pero, aunque no lo creían, lo mismo ocurría cuando el mono estaba esperando el punto.
Al interpretar imágenes por resonancia magnética, los científicos miden los flujos sanguíneos cerebrales. La técnica se basa en el sangrado cerebral asociado a estímulos visuales. Pero el estudio revela que el flujo sanguíneo no puede asociarse directamente a estímulos visuales.
Según los investigadores, esta actividad puede ser una excitación cerebral hasta ahora desconocida. Por tanto, consideran que tendrán que empezar a interpretar los datos de otra manera.