Aprendemos los movimientos de conversación gracias a una mutación del gen FOXP2

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Estructura del gen FOXP2. Ed. Emx/Creative Commons/confesar y compartir bajo la misma autorización

En el Congreso de Neurociencias celebrado en Washington se ha destacado una investigación sobre el gen FOXP2. En realidad se trata de una investigación realizada en el ratón, pero las conclusiones están relacionadas con una de las características de las personas, la capacidad de hablar. De hecho, estos ratones tenían el gen FOXP2 mutado para que fuera el mismo que los humanos y han visto que estos ratones aprenden más fácilmente algunos movimientos que los convencionales. Según los investigadores, esto sugiere que esta mutación puede ayudar a aprender los movimientos complejos que se realizan al hablar.

El estudio ha sido presentado por la neuróloga Christiane Schreiweis del departamento de Antropología Evolutiva del Instituto Max Planck. En esta sección llevan años investigando el gen FOXP2. Por ejemplo, hace unos pocos años unos ratones fueron modificados genéticamente para obtener la versión humana del gen FOXP2.

Entonces comprobaron que estos ratones no se atrevían a explorar tantos lugares como los normales. Además, los gritos que se hacían cuando se separaban de las madres eran raros, especiales. Sus neuronas tenían más dendritas que los ratones más comunes y eran más largos, lo que facilitaba la comunicación entre las neuronas. Y también habían modificado algunas células relacionadas con el estudio y la memoria.

En esta ocasión, Schreiweis ha demostrado que los ratones con versión humana del gen FOXP2 aprenden más rápido que los ratones convencionales. Para ello, entrenó a ratones mutados y simples, siguiendo unas señales visuales para encontrar el camino adecuado. Pues los ratones comunes tardaron 4 días más que los mutados para conseguir lo que consiguieron en 8 días.

El investigador considera que la versión humana del gen ha permitido una mejor integración de los procesos de visión y contacto. Y de ahí deduce que la mutación del FOXP2 nos ha proporcionado a los seres humanos la capacidad de aprender los movimientos que debemos realizar para crear sonidos básicos y crear palabras.

La lingüista de la UPV-EHU Itziar Laka investiga la relación entre lenguaje y cerebro y, en su opinión, el descubrimiento realizado por los investigadores de Max Planck es "importante". En su opinión, "no será fácil" saber exactamente qué trabajo realiza el gen FOXP2, pero la investigación que han presentado ahora "tiene buena pinta". En definitiva, le ha parecido un trabajo muy interesante.

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