Las medidas adoptadas en once países europeos para reducir el impacto de la pandemia han evitado la muerte de 3,1 millones de personas. A esta conclusión han llegado los investigadores del Imperial College (Londres), a partir de los datos de los siguientes países: Francia, España, Austria, Bélgica, Dinamarca, Alemania, Italia, Noruega, Suecia, Suiza y Reino Unido.
El estudio ha sido publicado en la revista Nature. Se explica que para calcular el grado de infección se han basado en el número oficial de muertos y no en el número de reproducción (Rt). Este número mide el número de personas infectadas, pero al no ser muchos los casos, no es preciso. Por eso se han basado en los muertos.
Así, se ha calculado que el virus SARS-CoV-2 infectó a 12-15 millones de personas en ese período (3,2-4% de la población) y que si no se hubieran adoptado medidas no farmacológicas como el cierre de las escuelas, el alejamiento físico y, sobre todo, el confinamiento, se habría producido mucho más la epidemia y 3,1 millones de muertes de las que se han producido.
En la Universidad de California, en Berkeley, se ha realizado una investigación similar con datos de seis países internacionales: China, Corea del Sur, Italia, Irán, Francia y EEUU. Los métodos econométricos han permitido concluir que en estos seis países se han evitado 530 millones de infecciones gracias a las medidas adoptadas. Esta investigación, que también ha sido publicada en la revista Nature, ayuda a los investigadores a ver qué medidas han sido más efectivas y cómo actuar en otros países.
Ambas investigaciones han demostrado que las medidas no farmacéuticas son efectivas para detener la transmisión del virus. Paralelamente, se ha puesto de manifiesto que la inmunidad grupal está muy lejos. Así lo confirman los estudios serológicos. Jacqui Wis advierte, en la revista British Medical Journal, del riesgo de una segunda ola en Europa.