El 29 de abril la Unión Europea aprobó prohibir durante dos años el uso de tres pesticidas neonicotinoides en la convicción de que las abejas están siendo destruidas. El comisario de Sanidad, Tony Borg, afirmó en relación con esta decisión: “Las abejas son fundamentales en nuestros ecosistemas y debemos protegerlas, entre otras cosas porque aportan 22.000 euros anuales a la agricultura europea”.
En concreto, la clotianidina, el imidacloprid y el tiametoxam son los nombres de los compuestos prohibidos que se añaden a los cultivos de maíz, colza, soleamiento y soja para protegerlos de los insectos. En concreto, en las abejas los plaguicidas afectan a los receptores del sistema nervioso y tienen dificultades para recoger polen, volver al colmenar y reproducirse.
La prohibición entrará en vigor el 1 de diciembre. No obstante, no se prohibirá totalmente el uso de estos productos. Por ejemplo, se podrán utilizar en los cultivos interiores de los invernaderos, así como en los cultivos exteriores tras la floración.