Los investigadores alemanes se han beneficiado de la habilidad de las moscas que se alimentan de haratustel para localizar los cuerpos de los animales. Las moscas carroñeras, al alimentarse de los cuerpos, realizan un mejor muestreo de ADN de lo que cualquier biólogo podría hacer. Y los investigadores han comprobado que este ADN dura lo suficiente en el interior de las moscas para secuenciarlo e identificar al animal original. Así, se ha propuesto como método rentable para medir la diversidad de mamíferos en la revista Molecular Ecology.
En muchos casos es muy difícil conocer la distribución y abundancia de animales (ver, por ejemplo, el caso de los carnívoros de Euskal Herria). Estudiar bien los bosques cerrados puede ser casi imposible, por ejemplo. A menudo sólo se pueden encontrar huellas como huellas, heces, etc. y su detección también requiere mucho trabajo. Sin embargo, en esta investigación han demostrado que las moscas pueden hacer ese trabajo. Las moscas carroñeras se encuentran en todo el mundo, en casi cualquier ecosistema terrestre, abundantes y fáciles de atrapar.
Los investigadores primero demostraron que el ADN de los cuerpos podía recuperarse de las moscas. Y después se capturaron 115 moscas aleatoriamente en sendos bosques de Cote d’Ivoire y Madagascar. En el 40% de las moscas se detectó el ADN identificativo. Se identificaron 16 mamíferos de Cote d’Ivoi, incluyendo 6 de los 9 primates conocidos y un antílope raro en peligro de extinción, y el 13% de los mamíferos de Madagascar. Según los investigadores, son números destacables teniendo en cuenta el pequeño muestreo. Además, este método puede servir para localizar especies desconocidas.